He visto alas (Segunda Edición), 2013

He visto alas

(Versión editada y modificada)

Me encantaría decirte

que leyendo estas páginas

seré para ti como un libro abierto

y que con solo asomarte a mis poemas verás claramente

todo lo que guardo

todo lo que sufro

TODOS mis secretos.

Pero aunque quisiera, y aunque todo eso ya esté aquí plasmado,

 sé que no es así,

sé que no es fácil que los veas.

Porque suelo ser enigmática

porque se me forma un nudo en la garganta cuando intento contarte

y mis ojos se tornan nubes,

y corro a cubrirme con brumas…

y a estas alturas

 has comprobado que cuando eso pasa

muy pocos cerrajeros pueden abrirme:

abrir la enorme coraza de metal que me separa del mundo

esa coraza que me protege del mundo

ese escudo del que tanto hemos hablado.

Pues bien

lo que hoy quiero decirte

es que creo que POR FIN he encontrado un cerrajero

UN cerrajero para abrir mi coraza

un solo cerrajero en el mundo

y ese cerrajero eres TÚ.

Pero admitámoslo, ésas no son del todo buenas noticias.

Porque huyo de enamorarme, de tener alas, y lo sabes.

Porque huyo de usar las alas que solo puede entregarme el amor.

Porque como muchas personas

tengo miedo a lo nuevo

me persigue mi pasado

y aunque encuentre lo que busco

y me entreguen lo que anhelo

termino diciendo: TE QUIERO

pero más de ahí no.

Y no te aflijas, porque la batalla no está perdida

Te admiro profundamente porque has llegado lejos

MUY LEJOS

a  donde nadie ha llegado jamás,

has logrado que diga a gritos: TE QUIERO

y aunque huya y reniegue tras decirlo,

lo has logrado,

¡LO HAS LOGRADO!

 y no aún no sé cómo.

Si  fueras otro,

a mí ya no me querrían

me hubieran cerrado las puertas de su corazón,

porque

¿cómo puede ser que te quiera, y no quiera amarte?

¿cómo puede ser que cuando por fin te tome confianza,

abandone todo,

y al final diga: NO?

Por eso agradezco que no seas otro, que seas TÚ

pues he recapacitado, y aquí estoy de vuelta.

Te admiro, y eso me ha hecho regresar.

No lo entiendo,

no comprendo qué te mantiene ahí,

esperando en la puerta de mi ficticio jardín de niños

(el lugar etéreo donde me meto cuando tengo miedo y me recuesto a pensar).

No lo entiendo,

estás ahí, parado, gallardo y sonriente,

diciendo a todos los que pasan:

“Yo la espero porque sé que me puede amar”

Y admito que desde acá adentro, dentro de mi cuartito donde reflexiono,

donde pinto con crayones las mariposas que escondo,

estoy hecha un manojo de nervios, diciendo

¿y qué tal si no soy para ti?

Eres comprensible, muy comprensible con mis miedos

eres muy atento, muy atento con mis llantos

has aguantado todas mis rabietas espontáneas

(ésas que sufrí cuando me di cuenta que no podía evitar quererte)

y aun cuando huí del parque de pláticas de nuestras tardes,

y aún cuando huí sin previo aviso,

con las puertas abiertas ME RECIBISTE

Así que

 tras tomar un vuelo y darle la vuelta al mundo,

tras visitar TODAS las salas de espejos del alma que encontré por ahí,

reuní el valor para decir

¿sabes qué?

LO INTENTARÉ

lo intentaré todo por ti.

Así que hoy quiero que olvides todos mis poemas anteriores

donde yo era un manojo de secretos,

cofres y enigmas,

olvides que ya he escrito muchas veces este poema:

“He visto alas”

(¿cuántas veces? No sé)

y los dejes caer en la eternidad

porque hoy soy un libro más claro

intentaré ser un libro más claro,

y si me ofreces alas,

las tomaré.

Me pondré las alas

aunque antes haya dicho que no tenga copa para el vino que me brindas

Me pondré alas

 e intentaré dar banquete aunque te diga que no tengo una casa

y aún cuando mi mente siga diciéndome:

NO TE PONGAS ESA BARBA SI NO TIENES QUIJADA

taparé mis oídos interiores e intentaré seguirte.

Creo que en realidad, ÉSE será mi mayor paso

uno de los más grandes de mi vida

(es mi primera vez con alas, ¿quién lo diría?)

Pero es también la primera vez que tengo UN CERRAJERO

UN cerrajero que pueda abrir la coraza de mi vida

y ese eres TÚ.

Cerrajero, ya que he dicho que también eres la lluvia de mis días

LLUEVE, llueve para que hoy todo empiece a florecer,

así no solo escribiré de nuevo mis poemas,

no solo haré mis rimas más claras

mis versos más transparentes

sino que también podré crecer.

Podré crecer pisando mis temores

abriendo mis heridas del pasado

quitándome la coraza que no me permite ser liviana

poniéndome las alas

y echándome a volar.

-Sandra Gómez (Nela Vega), 2013